¿Ha muerto el marketing offline?
¿HA MUERTO EL MARKETING OFFLINE?
Si, lo tengo que reconocer… soy un enamorado del Marketing Digital, del Inbound Marketing. Pero también os digo que, cuanto más profundizo en este mundo, más entiendo y comprendo que no es excluyente del Marketing Tradicional, del Marketing de toda la vida, del Marketing offline.
Una de las líneas de negocio de mi empresa, BNA Gestion, es la explotación de soportes de publicidad exterior, conocidos en el sector como MUPIS:
Hay personas que prefieren gastar todo su prepuesto de publicidad en Google Ads o en Facebook Ads y no gastan nada en los métodos tradicionales como nuestros soportes. Me parece bien, lo entiendo. Hay negocios enfocados al mundo digital en los que, quizás, no quepa hacer un hueco en el presupuesto a este tipo de herramientas.
Sin embargo, cualquier tipo de negocio puede hacer una campaña offline y obtener un éxito rotundo, pero para ello hay que hacerlo bien.
Os cuento mi propia experiencia auto anunciándome en mis Mupis… Llevo explotándolos mucho tiempo. Durante este periodo he tenido una evolución cuando he querido exponer la publicidad de mi propio negocio en ellos…
He anunciado decenas de veces el sector de mi empresa que se dedica al mercado asegurador. Al principio hacia yo mis propios diseños en los que básicamente escribía con textos larguísimos una promoción, para mi fantástica, y la dejaba allí puesta en algún soporte con una gran ubicación estratégica. Pero nadie se paraba, nadie leía el contenido… era frustrante.
Luego pedí que un diseñador con experiencia me hiciera diseños. Con esto gané ciertamente en estética, en imagen de profesionalidad… pero no surtían efecto tampoco. Nadie me comentaba que había visto la publicidad por la calle, no conseguía negocio con este sistema. Llegué a pensar que mis soportes no servían para nada.
Pero un día, hace muy poco tiempo, le dimos un giro radical a la publicidad que íbamos a utilizar en los Mupis. Decidimos que dejaríamos a un lado campañas de ofertas, descuentos, etc. de las que la gente está realmente harta y que pasan totalmente desapercibidas para nuestro público objetivo. Dejaríamos también en el olvido esos diseños bonitos y profesionales pero que al fin y al cabo no dejaban de ser iguales a los del resto de marcas del mercado, de cualquier mercado.
Habíamos decidido que lo que íbamos a vender en esta nueva campaña iba a ser lo que realmente somos. Lo que realmente ofrecemos a nuestros clientes. Íbamos a vendernos nosotros mismos. Seríamos nosotros la imagen del cartel publicitario. Elegimos una foto desenfadada, donde nos estábamos riendo, donde nos mostrábamos como somos realmente. Si es verdad que el objetivo de la foto era conseguir negocio mediante una colaboración con otra empresa local, pero esto al inicio de la campaña era un mensaje secundario.
¿Os podéis creer que la gente entraba a nuestra oficina, nos llamba, nos escribía… sólo para darnos la enhorabuena “por lo bien que estábamos en la foto”, “por el buen rollo que desprendíamos”?
¡Lo habíamos conseguido!
Por fin funcionaba la publicidad exterior de nuestros soportes.
Estábamos felices por haberle dado la vuelta a la situación. Pero la sorpresa vino cuando de repente la gente empezó a preguntarnos también por el contenido de lo que estábamos anunciando. La gente se fijaba, habíamos captado tanto la atención de las personas que además dedicaban unos segundo a leer el anuncio comercial que llevaba nuestro cartel y les parecía interesante…
Habíamos hecho mucho ruido, habíamos ganado mucha notoriedad, y encima estábamos captando negocio: mejor imposible (Gracias Javier, de Janubaweb.com, por tu ayuda y profesionalidad).
Con todo esto solo quiero expresar que no vale hacer lo de siempre o hacer algo bonito. Eso lo hace todo el mundo. Hay que hacer algo distinto, que atraiga a ese potencial cliente que anda distraído por las calles. A ese conductor que nunca se ha fijado en estas vallas publicitarias. Para eso piensa que le puede gustar a esa persona, no lo que te gusta a ti.

